viernes, 24 de agosto de 2012

Robar mucho o robar poco

 En estos tiempo que corren, a todos nos ha sorprendido escuchar noticias informando de la encarcelación de algunos individuos por haber estafado de alguna manera cantidades que dificilmente cubren los gastos gestionados por mantener al individuo en una carcel.
Tal cual muestran las comodidades de algunas prisiones europeas, tras el robo, estafa o como se prefiera llamar de cantidades que equivalen a 2000$ americanos, y la consiguiente encarcelación del delincuente por temporadas de dos a tres años de pena, valdría la comparación para algunas personas de pasar unas vacaciones pagadas en un Resort, obviamente, con menos lujos.
La sorpresa viene dada cuando escuchamos en estos tiempos de crisis a personas que se han adjudicado por el mismo procedimiento cantidades equivalentes a un millón de dólares, tres millones, diez millones de dolares.. Siendo la sorpresa que a este tipo de delincuentes no se les encarcela.

Muchos nos proguntamos el por qué es tan dificil encarcelar a gente que estafa muchas cantidades de dinero, y la única razón que nos puede venir a la cabeza es que son la misma gente que se encarga de meter en prisión a los estafadores, o bien, gente muy relacionada con ellos.

Algunos paises son arruinados por pocas personas que de una manera amoral realizan transacciones de dinero en grandes cantidades a paraisos fiscales donde no es posible conocer la cantidad de dinero que un individuo u organización tiene acumulado en una cuenta bancaria.

Mientras los responsables en aplicar la ley actuen de manera inmoral en cuestiones relacionadas con el poder y el dinero, esto sucederá siempre, puesto el ser humano, está visto y comprobado, que no puede conformarse con una sola cantidad de dinero, sino quiere abarcar cada vez más y más.

Deberíamos, por tanto, ser muy justos a la hora de votar o seleccionar en caso posible a nuestros gobernantes, que aunque no todos tienen afán inmenso de dinero, tienen el riesgo de caer en la tentación de enriquecerse de una forma rápida y sencilla.

La falsa fiesta del deporte

Recientemente hemos podido ver la gran exhibición del deporte mundial en ese evento tan multitudinario llamado “Juegos Olímpicos”. Todos nos hemos quedado fascinados ante tanto atleta entregado, ante una puesta en escena que no tiene nada que envidiar a las películas de ciencia ficción, un entusiasmo por ensalzar los valores del juramente olímpico que claman a la verdadera deportividad, la gloria del deporte y el honor de los equipos.
Falsedad absoluta cuando nos visita don dinero.
La verdadera competitividad consiste en querer superarse y no en el simple hecho de salir en televisión, ser visto por millones de personas y vender ropa deportiva. Esos deportistas que por poder permitírselo van a pasar sus vacaciones a la villa olímpica y ligar con los de su especie. ¿Por qué si no el comité olímpico ha permitido que una marca comercial de profilácticos regale ciento cincuenta mil preservativos a los dieciséis mil atletas participantes? Esto no ha sido la fiesta del deporte, ha sido la gran fiesta del sexo.
Hemos visto por televisión a deportistas que consideraban bueno quedar entre los veinte primeros de su modalidad cuando había cuarenta participantes, esa especie de deportistas no se merece ir a unas olimpiadas, se merece verlas por televisión con una jarra de cerveza en la mesa y los pies en alto.
Hemos podido ver a otros deportistas a los que le han ofrecido participar en programas televisivos y han rechazado la oferta porque tenían necesidad de descansar y prepararse para la siguiente ronda de su especialidad, y esos si, esos son los atletas que se merecen estar en lo más alto, sacrificando su fama mediática por el verdadero sacrificio que es el deporte al más alto nivel.
Prodigios del deporte han conseguido marcas que asombrosas con las que a todos se nos ha puesto “la piel de gallina” y otros han dado todo lo que tenían para intentar alcanzarles pero la gran mayoría ha ido a pasar unas vacaciones, no les ha importado la posición en la que han quedado porque no tenían nada que perder, y además, los preservativos eran gratuitos.

La vida de los otros

En este mundo existen dos tipos de vida: la nuestra, y la de los otros.
Nuestra vida no nos queda otro remedio que vivirla porque no podemos darle a un botón y ponerla en pausa cuando nos sentimos indispuestos, pero la vida de los otros si dispone de ese botón, aunque nos falta a casi todos la voluntad para pulsarlo.
Seguramente mucha gente no sabe la talla de pantalón o blusa que utiliza en determinada marca de ropa, pero sabe de memoria la talla que gasta Ricky Martin o Pamela Anderson, y si no, lo twittea.
En los últimos años ha surgido la imperiosa necesidad de saber de la vida de los demás, los seguimos en twitter, en facebook, Gran Hermano, etc..
¿Por qué nos interesa más la vida de los famosos que la nuestra propia?
Seguramente prefieres saber lo que se ha gastado David Beckan en sus últimas vacaciones que lo que te has gastado tu, y eso que es lo que te afecta directamente.
Tan poderosa es la vida de los otros, que nos puede llegar a quitar el sueño la ruptura sentimental de Badd Pitt y Angelina Jolie, cuando seguramente son dos personas como tu y como yo que viven sus vidas de la manera más feliz que pueden, con sus alegrías y con sus penas.
Ciertas personas idolatran a personajes públicos y quieren ser como ellos, sin prestar en ese tiempo atención a sí mismos, e ignorando que son diamantes en bruto con la capacidad de labrar sus propias vidas, mientras las celebridades continúan siendo el ombligo del mundo, seguiremos permitiéndonos ser el dedo meñique del pie.
Cabe tanto la estupidez humana a la hora de idolatrar la vida de los otros que somos capaces de despreciar la nuestra propia poniéndo fin a nuestra vida cuando nuestra estrella mediática nos abandona.
¿En qué nos hemos convertido cuando la tecnología nos ha puesto en las manos todo tipo de información? Hemos pasado de ser “fans” para convertirnos en fanáticos, y ese no es buen camino.

Mentes inquietas

Hay gente que por tener una mente prodigiosa o simplemente por disponer de demasiado tiempo libre tiene ideas, que pueden ser magníficas, si vienen engendradas por talento, o bien, son fiascos si la idea surge del excesivo pensar en la abundancia de tiempo libre.
Existen inventos tan sencillos y a la vez tan grandiosos como el Chupa Chups, consistente en poner un sencillo palo a un caramelo, o la fregona, consistente en poner un palo a un trapo de limpieza, pero a la vez otros tantos tan absurdos que rozan el insulto como el consistente en comercializar aire enlatado, si, latas de aire..
Me pregunto si la comercialización de latas de aire tendrá algún tipo de mercado, quizás me aventuro a criticarlo demasiado pronto, cuando en el futuro sea nombrado invento del siglo en el planeta Marte..
Otro que parecía tener demasiado tiempo para pensar es el que inventó las sandías cuadradas, quizás pensó que de esa forma podría tener algo a juego con su propio cerebro.
Dejando atrás a esas mentes con mucho tiempo para pensar, admiramos a esos otros que han desarrollado inventos de verdad. ¿Qué sería de nosotros sin esa rueda que tenemos entre los dedos cuando utilizamos el ratón del ordenador? Nunca nos acordamos de ella pero te facilita leer este artículo (por ejemplo).
El problema que existe principalmente con las mentes inquietas, es que tengan mucho poder, y a base de inversiones multimillonarias acabemos utilizando sus absurdas invenciones de trasnochador, sin embargo, cuando una mente inquieta desarrolla una idea brillante, ésta será utilizada de forma natural por el resto de la gente, y no porque se ponga de moda, sino porque ese tipo de inventos nos hacen la vida mucho más fácil.

Hoy sano, mañana insano

Desde que nacemos somos alimentados respecto a las diferentes creencias que nuestros progenitores o tutores tienen inculcadas. Estas creencias van cambiando con el paso de los años y lo que ayer era muy bueno para la salud hoy ya no lo es tanto.
Gracias a la ciencia, productos como la leche entera o los huevos ya no nos aportan tanto bien como siempre hemos pensado. La leche entera hoy en día nos aporta demasiada grasa para el organismo y los huevos, siempre conocidos por poseer calcio, ahora resulta que como las gallinas no beben leche, no son tan sanos como creíamos antaño.
Todo este ir y venir de las creencias saludables da que pensar si no está directamente relacionada con el mercado, comercio e intereses empresariales que necesitan vender lo que no han conseguido vender durante años.
Esté o no la ciencia influenciada por los intereses económicos siempre nos cabe la utilización de nuestro propio sentido común, y si nos indican que los huevos o la leche entera nos son tan sanos como lo han sido siempre, sólo debemos recordar que las generaciones que nos han hecho estar aquí, se han alimentado y han sido alimentadas con nutrientes de los que no sabían si tenían mucho o poco calcio, triglicéridos, grasas saturadas, etc..
Cuando vayamos a realizar una compra de alimentos estaremos influenciados consciente o inconscientemente por la publicidad, por lo que, seamos inteligentes y no creamos que porque el actor o actriz de moda nos asegure que las manzanas son el mejor alimento que existe, y que las come todo los días, no le creamos al pie de la letra porque a ellos les pagan por decirlo, y si les han pagado por decir algo no quiere decir que sea completamente cierto.
Utilicemos nuestro sentido común para alimentarnos con lo que sabemos a ciencia cierta nos viene bien porque si seguimos los consejos de la publicidad, puede que acabemos alimentándonos sólo de manzanas, al menos hasta que don dinero decida que hay otro alimento mejor para nuestra salud.